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domingo, 20 de marzo de 2016

Crítica Mi Gran Boda Griega 2

Quince años después de su estreno, Mi Gran Boda Griega regresa a la gran pantalla con el mismo toque simpático, gracioso y lleno de clichés que su primera entrega, pero en esta ocasión adaptada a los nuevos tiempos.

La familia Portokalos vuelven con una comedia romántica de lo más entretenida. Tras más de diez años sin saber nada de ellos, Toula (Nia Vardalos) e Ian (John Corbett) luchan por recuperar el romanticismo perdido después de tantos años casados, una hija y una familia griega de lo más unida que nos le dejarán ni un momento respiro y esto es literal, difícil es ver una escena en esta película donde podamos ver a la pareja en solitario sin estar acompañados por ninguno de los familiares de la novia. Pero es de agradecer ya que, el punto cómico y capaz de sacar una carcajada lo ofrecen todos los miembros de Portokalos.

“Segundas partes nunca fueron buenas”, a pesar de que, en ocasiones esta frase ha dado en el clavo, esta vez estaría fuera de lugar. Mi Gran Boda Griega 2, resulta ser la combinación esperada y perfecta por todos aquellos fans de este género.


El filme cambia su estrategia y no solo nos ofrece bromas y chistes fáciles sino que han querido añadir un punto nostálgico por la supuesta pérdida de Paris (hija de Toula e Ian) hacia otro estado para comenzar su carrera universitaria. Un punto que, si bien analizado, está fuera de lugar ¿era realmente necesario añadir algo así? Se ve, que querían dar un giro y ofrecer algo nuevo pero que no ha resultado del todo exitoso ya que no tiene el protagonismo necesario para ser un segundo hilo conductor.

Pero esta nostalgia no solo se ve en el argumento que ronda a Paris, más bien, y todos los fans de la primera entrega, notaran que los gags, frases y chascarrillos de la primera entrega siguen presentes y esto, es algo de agradecer. El espectador siempre quiere ver algo nuevo, pero con tantos años de parón, es recomendable dar al público algo que hizo que se enamoraran de todos estos griegos.


Nia Vardalos nos consigue sorprender con el duro trabajo llevado a cabo tanto delante como detrás de las cámaras con un guion preciso y cargado de humor. No es una actuación estelar como podríamos ver en grandes películas nominadas al Oscar, pero claro, estamos hablando del género cómico y no sería apropiado realizar tal comparación. Aun así debemos recordar que Mi Gran Boda Griega (2002) estuvo nominada a mejor guion original en los Oscars de 2003 y con razón, todo está perfectamente hilado para que el espectador no se aburra ni un solo segundo.


En ciertas ocasiones vemos como esta segunda entrega peligra de caer en la repetición, como ha sucedido con Star Wars Episodio VII: El Despertar de la Fuerza, algo que han sabido solucionar con historias nuevas y con personajes y bromas más maduras, y es que, lo que antes eran llamadas por teléfono ahora son video llamadas a través del FaceTime, mensajes instantáneos y como no redes sociales como Facebook. Los tiempos cambian y con él esta película.

Mi Gran Boda Griega 2 es una buena elección para todos aquellos nostálgicos del humor romántico y lleno de tópicos sobre una familia extranjera que consigue adaptarse a nuevos espectadores mientras recuerda a los antiguos por qué su primera entrega tuvo tanto éxito.


Mi Gran Boda Griega 2 llegará a los cines el próximo 23 de marzo. Mientras esperas disfruta de su Tráiler:


jueves, 25 de febrero de 2016

Crítica: El Renacido (The Revenant)

Alejandro González Iñárritu regresa nuevamente a la gran pantalla, y pisando fuerte con su nuevo film El Renacido (The Revenant). En esta ocasión el famoso director consigue proyectar uno de sus mejores trabajos vistos hasta la fecha, y digo uno de los mejores porque parece imposible que pueda superar el éxito obtenido con Birdman.

En El Renacido podemos ver a unos pioneros que se dedican a cazar pieles de animales y que son constantemente atacados por indios, al creer que estos han secuestrado a la hija del jefe de la tribu, lo que dará como resultado una espectacular batalla en los primeros minutos de la película filmada con gran maestría, tanto para un western como para una película de acción bélico, donde priman los primeros planos para que el espectador no se pierda ni un detalle del sufrimiento de cada herida y de cada muerte. Y esto, aunque parezca mentira, es solo un aperitivo de lo que nos tiene preparado Iñárritu.

Al igual que hizo Steven Spielberg en Salvar al Soldado Ryan, la brutal batalla con la que arranca esta película servirá para situar al público en el escenario moral en el que se desarrollará una cinta de más de dos horas y media: una tierra inhóspita, bañada por una capa de blanca nieve, donde la comida escasea, al igual que un buen refugio y un lugar en el que la ley no llega.


Tras unos minutos de tranquilidad, su director da paso al plato estrella: el enfrentamiento entre Hugh Glass (Leonardo DiCaprio) y el oso. Una escena de lo más terrorífica, cuyo único sentimiento transmitido es dolor y sufrimiento y esa compasión que se siente ante su protagonista deseando que todo acabe lo antes posible. Pero Alejandro González Iñárritu desea mostrar su cara más oscura y retorcida cebándose con cada minuto que pasa mientras vemos al protagonista retorciéndose de dolor, mostrando una vez que no tiene límites a la hora de proyectar violencia, que en ocasiones, parece innecesaria. Una escena de lo más llamativa a la vez que desagradable, lo que forma un buen coctel final. Algo parecido pudimos ver en Birdman, pero la diferencia que hay con El Renacido  es clara. Pudimos ver violencia, pero toda la carga dramática estuvo suavizada por una parte satírica, lo cual dio un buen equilibrio entre ambas partes. Pero en esta ocasión no ha sabido encontrar dicho equilibrio.


El leit motiv que conduce toda la cinta es el dolor y sufrimiento, algo que ha sabido retratar a la perfección su protagonista, Leonardo DiCaprio. Una representación espectacular que consigue estremecer al espectador con cada segundo que pasa en la pantalla, y son muchos, porque de dos horas y media, DiCaprio aparece más de 120 minutos, lo cual puede resultar cansado y agobiante si a eso le sumamos la falta de dialogo que en ciertas ocasiones el público pide a gritos. Para evitar esta saturación dada por su protagonista llega al rescate Emmanuel Lubezki director fotográfico de El Renacido que consigue, con tan solo un plano general del paisaje y una buena iluminación dejar boquiabierto a más de una persona. Un gran trabajo al que se le suma una banda sonora de lo más espectacular lo cual sube indudablemente el caché de la película que en ocasiones es bajado por la extrema violencia o escenas de lo más largas y pesadas.


Pero si hay alguien capaz de hacer sombra al mismísimo Leonardo DiCaprio, ese es Tom Hardy (Fitzgerald) y es que, tras ver su interpretación, podemos comprender por qué está nominado al Oscar como mejor interprete secundario, y es que consigue meterse en la piel de un malo de los que ya no quedan, de esos que transmiten odio con tan solo un plano de cara. Un trabajo que es digno de admirar.


Pero a pesar de estas espectaculares interpretaciones El Renacido está enfrentado en un terrible Ying (la estética) y el Yang (la ética) al que tan acostumbrados nos tiene el director mexicano. Con lo fácil que sería mantener un buen equilibrio para tener un gran resultado, pero Iñárritu prefiere aplastar la cara de DiCaprio en planos que cada vez se hacen más y más cerrados donde los detalles no dejan volar a la imaginación o lo que resulta aún más delirante y son esas alucinaciones dadas por el protagonista sobre su familia, lo cual llega a ser de lo más innecesario, convirtiéndose en un patinazo más de este director.

A continuación te dejamos con el Tráiler de El Renacido (The Revenant):


martes, 26 de enero de 2016

Crítica Los Odiosos Ocho

Quentin Tarantino regresa a la gran pantalla con una obra magistral. Los Odiosos Ocho se convierte en una de las mejores películas del polémico director de cine, que en tres horas ha sabido cautivar a un público exigente y habituado, aunque suene triste, a los grandes fracasos cinematográficos que últimamente vemos en el cine.

Esta nueva cinta basada en un western con ocho personajes de lo más completos y enrevesados, bien podría pensarse que ha sido escrita por Agatha Crhistie dado el carácter teatral que le ha dado Tarantino, donde vemos una oleada asfixiante de tensión manchada a borbotones por los litros de sangre a los que tan acostumbrados nos tiene, mientras vamos indagando en las mentes retorcidas de ocho personajes de lo más curiosos.

Con una larga, a la vez que cómica, introducción, Quentin Tarantino nos va presentando a los personajes principales de este nuevo filme con diálogos profundos cargados de mentiras, juegos sucios y estrategias por encubrir un final de lo más explosivo. Transcurrida casi una hora de película, Los Odiosos Ocho comienza una línea argumentaría de lo más sorprendente, en la cual, el espectador evitará pestañear lo menos posible para no perderse ni una milésima de lo que se está proyectando y como si de una partida del famoso juego Cluedo se tratase, Samuel L. Jackson (Major Marquis Warren), Kurt Russell (John "The Hangman" Ruth), Jennifer Jason Leigh (Daisy Domergue) y Walton Goggins (Chris Mannix) llegan al escenario principal donde comenzará su lucha por ver quién consigue sobrevivir en una casa donde cualquiera puede ser un asesino.


La octava entrega de este amado director podría ser explicada si nos fijamos en las mejores escenas de sus pasados estrenos como en: la cena en casa del esclavista de Django Desencadenado, la pelea a muerte entre La Novia y el ejército de O-Rhen Ishii en Kill Bill Vol.I o simplemente la quema del cine en Malditos Bastardos de tal forma que si, juntamos todas estas escenas, las agitamos hasta tener un coctel perfectamente hecho y lo servimos en un buen vaso tenemos una obra cinematográfica casi perfecta bautizada Los Odiosos Ocho.


En esta cinta sería casi imposible destacar un solo papel por encima del resto como suele suceder en las clásicas y repetitivas películas de adolescentes donde un solo personaje se lleva todo el protagonismo sin dejar indagar y profundizar en sus compañeros. Con sus minutos de gloria, cada uno de estos odiosos personajes nos muestran la cara más ruin del ser humano al estar encerrados en un lugar bajo una ventisca.

Pero si algo es totalmente destacable es el río de sangre que podemos ver, convirtiéndose esta entrega en una de las más sangrientas vistas hasta ahora. Con unos efectos especiales de lo más sorprendentes que hacen al espectador dejar de comer palomitas y coger un pañuelo para limpiarse pensando que son ellos los que tienen trozos de cabeza esparcidos por el pelo. Al ver esto se responden todas esas preguntas de porqué el director de efectos especiales Greg Nicotero sale justo después del director en los títulos de crédito.


La crítica americana no ha tardado en decir que Tarantino se excede en esta ocasión con la sangre pero suponemos que nuestros gustos en cuanto a violencia son completamente distintos donde, al ver tales barbaridades, pensamos que roza más lo caricaturesco y cómico que a una fiel representación de la realidad.

La música sigue teniendo cabida ampliando la sensación de misterio e intriga. La dulce y loca Daisy Domergue consigue conmoveros a la vez que sacarnos unas risas cuando entona su canción con una guitarra acústica, aunque si es cierto que se echa de menos más presencia musical como podíamos ver en anteriores entregas. Aun así su director musical, Ennio Morricone, logra crear una de sus mejores bandas sonoras hasta el momento.


Es innegable que Los Odiosos Ocho es una obra maestra creada por un director de cine con una mente retorcida a la vez que brillante donde consigue reunir a ocho personajes, en un escenario, grabados con una cinta de 70 milímetros en casi tres horas de película, en la cual consigue un resultado tan espectacular que es difícil de creer.

A continuación os dejamos el Tráiler de Los Odiosos Ocho:


jueves, 24 de diciembre de 2015

Crítica Star Wars Espidodio VII: El Despertar de la Fuerza

Tras décadas de espera, regresa a la gran pantalla una de las sagas más esperadas y queridas de la ciencia ficción. Star Wars: El Despertar de la Fuerza consigue arrasar con todo, y ya no hablamos solo del tremendo éxito que ha tenido en taquilla (450.000 personas en España en un día) sino que ha logrado uno de sus primeros objetivos: encandilar a los antiguos fan y conseguir a nuevos amantes para esta saga.

En esta nueva entrega todo lo que podemos ver es coherente, hecho al milímetro y narrado de tal forma que no deja indiferente a nadie. Pero como toda saga de películas, cada segundo está calculado para crear nuevas incógnitas en el espectador que le dejará con la miel en la boca para ser resueltas en las futuras entregas.

J.J Abrams (su director) ha conseguido guardar bajo llave y que no salgan a la luz grandes spoiler que podrían haberse cargado la película en cuestión de segundos y mantener un hilo conductor capaz de mantener en vilo a toda una sala de cine.

Star Wars Episodio VII: El Despertar de la Fuerza logra convertirse en una magnifica entrega reflejando un enorme respeto hacia las primeras entregas y resolviendo alguno de los problemas que nos podíamos encontrar (conversaciones sin sentido, personajes fuera de lugar, efectos especiales innecesarios…) e incluyendo nuevos papeles capaces de encajar a la perfección en un puzle tan complicado. Pero sobre todo, pudimos descubrir que Disney no intervino y ha dejado que la magia de esta saga siga presente.


Con la clásica introducción y golpe fuerte de la mítica banda sonora El Despertar de la Fuerza revive en todos sus fans esa sensación de nervios y escalofríos que tanto echaban de menos, dando lugar a grandes batallas en naves espaciales, pero sobre todo, luchas épicas con espadas láser.

Algo que tenía preocupados a los viejos fans eran los nuevos personajes como BB-8, Rey o Finn, pero todos ellos tienen un papel especifico que los hacen imprescindibles en esta nueva entrega.
BB-8 se convierte un gran protagonista apareciendo cada una de las escenas más importantes convirtiéndose, así, en un pilar fundamental de este filme y llegando ser querido por todos. Pero no nos confundamos, este nuevo droide no reemplaza en ningún momento a R2-D2 y a pesar de su lenguaje incomprensible, es fácil de entender. Todo un logro por parte de los guionistas.


Pero sin duda alguna la gran revelación es el papel hace Daisy Ridley (Rey) dejando ver una gran evolución durante toda la cinta. En los primeros minutos nos llegamos a cuestionar si Ridley es una buena elección como nueva protagonista ya que deja mucho que desear, pero esta sensación dura eso, minutos. Con un sorprendente giro en la línea argumentaría, Rey consigue hacerse con todas las miradas llegando a ser un elemento esencial.


Y ¿Qué hay del nuevo villano? Kylo Ren tiene un desarrollo a la altura de las expectativas realizadas. Al igual que sucede con BB-8 y ese temor a que fuese una nueva copia de R2-D2, Kylo Ren no es ni mucho menos una versión más joven de Darth Vader. Podemos ver un personaje más humano y cercano al público, con miedos e inquietudes por el lado oscuro, dejando ver a una nueva clase de villano con una espada láser que, tras una larga polémica, encaja a la perfección dando más juego del esperado, pero aun así ¿es Adam Driver la mejor opción? Esto lo dejamos para la opinión del público.

Aunque si hay algo que realmente deja sorprendido y boquiabierto al espectador, no es una línea argumentaría bien estructurada, sino una fotografía espectacular. Los planos en cada secuencia son increíbles, transmitiendo en ocasiones más que una conversación. Los planos generales dejan sin habla, pero los primeros planos o los de detalle consiguen transmitir la fuerza y emociones deseada por su director fotográfico Dan Mindel. Los efectos especiales consiguen unirse a la fotografía de una manera realmente impresionante, sin ser cargantes y dejando todo el peso a los paisajes naturales. Algo digno de admirar en una época donde lo digital prima sobre lo real. Y todo esto sin mencionar el tremendo cliché que vemos entre escena y escena provocado por las clásicas transiciones que provocan en el espectador cierta nostalgia.


Analizando a fondo Star Wars Episodio VII: El Despertar de la Fuerza podemos ver como el paso del tiempo no afecta a esta saga dando grandes resultados visuales y argumentaríos sin dejar de lado esa esencia de las primeras entregas y, aunque no consigue convertirse en la mejor película de toda la saga, si que logra posicionarse entre los primeros puestos porque empieza bien, consigue evolucionar y dar lugar a un final de lo más sorprendente.


A continuación, si todavía no la has visto, te dejamos con el Tráiler de Star Wars Episodio VII: El Despertar de la Fuerza:


martes, 17 de noviembre de 2015

Crítica Marte (The Martian)

Con una gran trayectoria cineasta que, en ocasiones ha sido esplendida, mientras que otras veces se ha ido a la deriva, Ridley Scott parece haber encontrado la fórmula para crear un éxito basado en la ciencia ficción sin tener que recurrir a grandes efectos especiales para encandilar a su público.

Vemos reflejado en Marte (The Martian) su dos grandes títulos (Alien el octavo pasajero y Blade Runner) pero con un toque fresco y una estética simple a la par que compleja.

En esta nueva entrega sobre películas en el espacio que nos podemos encontrar en el cine, Marte (The Martian) cambia por completo todo lo visto ahora. Entregada más a la parte de ciencia que de ficción, nos sumerge en una de esas historias Hollywoodenses que tanto gustan sobre supervivencia al más puro estilo el Náufrago de Robert Zemeckis pero en otro planeta.

En este nuevo paso dentro del ci-fi, Ridley Scott consigue proyectar imágenes de gran belleza cargadas de sentimientos sin ser agobiantes en ningún momento, dejando como protagonista en todo momento a Matt Damon.
Con una representación estelar, Damon nos transmite a cada momento y en primera persona lo que sería estar en un planeta desierto y solo. Con una interpretación cargada de humanidad y sentimiento hace que el espectador sufra con cada segundo todo lo que ocurre en el planeta rojo como si el mismo fuese el protagonista.


Empeñado en sobrevivir y salir de Marte, Matt Damon utiliza todo su ingenio para crear de la nada alimentos y la maquinaria suficiente para estar unos años hasta que puedan rescatarlo. Cargada de humor y sentimiento es como vemos cada una de las escenas de este filme.

Acostumbrados a sufrir por terribles alienígenas o por cualquier otro elemento del espacio, esta cinta consigue diferenciarse del resto al poner los pelos de punta del espectador con tan solo unas palabras y la posibilidad de que una persona muera sola. Algo digno de admirar ya que últimamente estamos acostumbrados a sufrir gracias a los efectos especiales y no a un gran guion.

La fotografía e iluminación de esta entrega es esplendida. Vemos cada detalle a la perfección como si lo tuviésemos delante y los planos generales y de detalle consiguen sacarnos algún que otro esbozo de sorpresa e incredulidad. Todo un gran logro. Pero algo que siempre es digno de destacar son los movimientos limpios de las cámaras, dando igual de si se trata de una escena lenta o rápida, el espectador no se va a perder detalle de nada de lo que esté ocurriendo.


Los efectos especiales son magníficos y en ningún momento resultan cargantes o te llevan a pensar que se han sobrexcedido. Pero algo que ha conseguido Rddley Scott y que en varias películas ha sido un rotundo fracaso, ha sido en elegir una banda sonora muy acertada. Con ritmos ochenteros vivimos cada una de las escenas provocando en el espectador ganas de bailar y de querer que su protagonista consiga salvarse.

Marte (The Martian) abre una nueva etapa a las películas espaciales y al género de ciencia ficción sin olvidar nunca lo que es más importante a la hora de hacer una película, pensar en el público. Explicar cada escena de manera simple y entretenida es una de las grandes proezas que podemos con este filme.


¿Todavía no has visto Marte (The Martian)? A continuación disfruta con su Tráiler:


sábado, 17 de octubre de 2015

Crítica Pan Viaje a Nunca Jamás

Pan (y el desafortunado) Viaje a Nunca Jamás es el título que le habría tenido que dar su director Joe Wright a su última película debido al gran fracaso que está causando, no solo en taquilla, sino entre todos esos espectadores que esperaban volver a su infancia con uno de los clásicos de Disney.

En esta nueva entrega del niño eterno, vemos como Peter consigue llegar a Nunca Jamás y convertirse en el mito que hoy en día es. Acompañado por personajes de lo más interesantes como Tiger Lily (Rooney Mara) y Capitan Barba Negra (Hugh Jackman) y con una historia que, si hubiese sido mejor planteada, podría haber sido todo un éxito.

Con grandes títulos a sus espaldas como Orgullo y Prejuicio y Anna Karenina, Joe Wright ha conseguido darse un gran batacazo y demostrarnos que no todo lo que hace se convierte en oro.

En esta nueva entrega de Peter Pan las expectativas estaban bien altas en cuanto a personajes se refiere. Esperábamos ver a un Peter que fuese madurando durante la película, a un Capitán Garfio que explicara por qué se hace malo y a un temible Capitán Barba Negra que nos hiciese odiarlo desde un primer momento, pues bien de todo esto solo uno de los personajes se salva. El actor Hugh Jackman consigue mejorar el decadente nivel de la película con un personaje al que amamos y odiamos al mismo tiempo. Sádico y adicto al polvo de hadas, el Capitán Barba Negra nos muestra la cara más oscura de Nunca Jamás demostrando como debe ser un villano, sin escrúpulos, con pulso firme a la hora de matar o esclavizar niños y adicto a un polvo que le hace joven para siempre. Viendo esto parece que la película no sea apta para menores de 18 per ni mucho más lejos. Pan, Viaje a Nunca Jamás sigue siendo para todos los públicos.


Tal vez este fue uno de los errores que cometió su director pensando que al ir dirigida a un público infantil no se darían cuenta de los grandes errores y lo aburrida que puede llegar a ser, aunque algo si hay que reconocerle y son los pequeños guiños que hacen referencia a la saga de Harry Potter con frases como “Always”, “Tengo los ojos de mi madre” o “Soy el elegido”.

El joven actor que da vida a Peter Pan (Levi Miller) puede resultar cansino a la vez que odioso en algunas escenas. Con una interpretación que en ocasiones se queda vaga, deja al espectador con un mal sabor de boca al esperar una actitud más imponente y la evolución del personaje más importante de toda película. Aunque si hay algo decepcionante en esta entrega es el papel del Capitán Garfio. La idea de verlo en un principio siendo bueno y ayudando a Pan en sus aventuras resulta interesante los primeros 30 minutos del largometraje, hasta que te das cuenta de que va a ser bueno de principio a fin. Tal vez porque los productores tenían pensado hacer una segunda parte, pero visto lo visto, lo más seguro es que nunca lleguemos a verlo.


Pero los errores no solo están en el guion o en ciertos personajes, sino que también los encontramos en la banda sonora y en los fallidos intentos de hacer escenas musicales con los personajes. La música se convierte en algo repetitivo y cansino que te hace desear que acabe de una vez aunque en otras ocasiones te acelera el pulso convirtiéndose en un gran complemento, pero claro está, esto solo ocurre en ocasiones contadas.

La fotografía es uno de los elementos que consigue salvarse en esta película. Con grandes planos generales y de detalle hace que el público se sumerja en la historia y navegue casi en primera persona por Nunca Jamás, pero cómo no, podemos ver algunos fallos que siguen estropeando la cinta. Las escenas de acción se ven en ciertos momentos borrosas y pueden marear al espectador además de que en ocasiones no sabemos con exactitud lo que querían enfocar con la cámara, lo cual resulta confuso. Los efectos especiales se planteaban como uno de los platos fuertes de la película y es cierto que te dejan en alguna que otra escena con la boca abierta pero en otros momentos simplemente resulta cargante.


Pan, Viaje a Nunca Jamás no es la mejor opción para ver un día cualquiera en el cine dado sus grandes fallos técnicos y de guion, pero aun así consigue ser una buena opción, por los pelos, gracias a los efectos especiales y al papel interpretado por Hugh Jackman.


¿Todavía no has visto Pan Viaje a Nunca Jamás? A continuación te dejamos con el Tráiler para que seas tú mismo el que juzgue:


jueves, 24 de septiembre de 2015

Crítica El Corredor del Laberinto: Las Pruebas

Llega a los cines la segunda entrega de El Corredor del Laberinto, Las Pruebas un filme que tiene como objetivo, desde un primer momento, sorprender al espectador e intentar superar a la primera entrega de esta trilogía

En esta ocasión la cinta empieza en el mismo momento en el que acaba la primera. Podemos ver a unos protagonistas desorientados y preguntándose qué está pasando, sensación que mantendrán durante toda la película, porque esta segunda entrega es una completa locura.

La impresión  de bienestar y tranquilidad es algo que el espectador podrá ver durante los primeros diez minutos el resto del tiempo permanecerá pegado a la butaca preguntándose a cada momento si está viendo Las Pruebas o una nueva entrega de Resident Evil.

Bien es cierto que en los primeros minutos todo ocurre de manera muy rápida y deja al espectador con un leve sentimiento de agobio sin saber que está pasando y por qué está pasando todo lo que vemos, pero ese sentimiento se esfumara tan rápido como esperamos. Parece que toda la cinta ha sido calculada al milímetro para que el espectador no se relaje y esté alerta durante la más de hora y media que dura la cinta.


Si en la primera entrega temíamos a que cayera la noche  por culpa de los laceradores, ahora nuestros protagonistas deben enfrentarse a un nuevo peligro, una especie de “zombies” que son sed de sangre que por lo visto no se detienen ante nada y deciden salir en el momento justo para provocar un grito en medio de la sala de cine ¿estamos viendo una saga juvenil o una película de miedo? Ambas serian la respuesta idónea.

Pero ¿por qué se llama Las Pruebas? Si nos detenemos un momento a pensarlo los personajes pasan por distintos retos hasta llegar a su destino, pruebas que nos pondrán los pelos de punta pero, si eres uno de esos fans que ha decidido leerse la trilogía antes de pisar un cine te advertimos que todo lo que vas a ver será completamente nuevo para ti. Una de las pruebas que podemos disfrutar en la lectura es el daño que provoca estar ante el sol en el quemador pero esta parte solo sale nombrada por uno de los personajes. Las diferencias son notables por lo que te proponemos que no te pongas de los nervios si muchas de las cosas que están sucediendo te parecen nuevas.

Las interpretaciones de nuestros protagonistas parecen mejorar, vemos más tensión y expresión en sus rostros y transmiten casi a la perfección la sensación de deshidratación y cansancio haciéndonos buscar nuestro refresco en el reposabrazos de la butaca.


Dylan O´Brien sigue siendo el protagonista por excelencia apareciendo en cada una de las escenas, pero en ningún momento resulta agobiante o cansado, algo que es de agradecer. La madurez y la evolución del personaje a lo largo del filme se va notando con cada nuevo peligro que va surgiendo, pero realmente no es nuestro protagonista el que destaca sino más bien cada uno de los personajes que van apareciendo a lo largo del filme.

Todos los papeles están tratados y cuidados al milímetro para que ninguno destaque más que el otro, incluso los extras se llevan un reconocimiento dado que es imposible no observarlos gracias al fantástico vestuario que llevan.


Pero aun viendo esto es notable mencionar el nombre de Aidan Gillen que parece ser que le ha cogido el gusto a eso de tener papeles que provocan en el publico rechazo y también cierto cariño como sucede en Juego De Tronos con su papel como Meñique, pero aquí sobre todo es desprecio y no nos mintamos, a todos nos gusta ver un personaje al que odiar. Justo cuando piensas que nada malo puede suceder ahí tenemos a nuestro querido actor metiendo el dedo en la llaga, todo un logro por su parte y por parte del guionista.

Aunque hay algo que hace que esta película se buena y no solo por los actores sino por el aspecto visual. La fotografía es casi esplendida con un buen tratamiento en los planos y en la iluminación, los movimientos rápidos de la cámara no marean algo que resulta odioso en este tipo de películas y todo lo que quieren mostrar aparece, algo que puede resultar estúpido pero ¿cuántas veces hemos visto algo que no tenía que aparecer?

Visto todo esto El Corredor del Laberinto: Las Pruebas no se convierte solo en una trilogía juvenil sino también en una serie de películas adaptadas a toda clase de público que busque emoción, cierto toque de amor y tensión.


A continuación te dejamos con el Tráiler de El Corredor Del Laberinto: Las Pruebas:

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