Con una gran
trayectoria cineasta que, en ocasiones ha sido esplendida, mientras que otras
veces se ha ido a la deriva, Ridley
Scott parece haber encontrado la fórmula para crear un éxito basado en la
ciencia ficción sin tener que recurrir a grandes efectos especiales para
encandilar a su público.
Vemos reflejado en Marte
(The Martian) su dos grandes títulos (Alien el octavo pasajero y
Blade
Runner) pero con un toque fresco y una estética simple a la par que
compleja.
En esta nueva entrega
sobre películas en el espacio que nos podemos encontrar en el cine, Marte (The Martian) cambia por completo todo lo visto ahora. Entregada más
a la parte de ciencia que de ficción, nos sumerge en una de esas historias
Hollywoodenses que tanto gustan sobre supervivencia al más puro estilo el Náufrago
de Robert Zemeckis pero en otro
planeta.
En este nuevo paso
dentro del ci-fi, Ridley Scott consigue proyectar imágenes
de gran belleza cargadas de sentimientos sin ser agobiantes en ningún momento,
dejando como protagonista en todo momento a Matt Damon.
Con una representación estelar,
Damon nos transmite a cada momento y
en primera persona lo que sería estar en un planeta desierto y solo. Con una interpretación
cargada de humanidad y sentimiento hace que el espectador sufra con cada
segundo todo lo que ocurre en el planeta rojo como si el mismo fuese el
protagonista.
Empeñado en sobrevivir
y salir de Marte, Matt Damon utiliza
todo su ingenio para crear de la nada alimentos y la maquinaria suficiente para
estar unos años hasta que puedan rescatarlo. Cargada de humor y sentimiento es
como vemos cada una de las escenas de este filme.
Acostumbrados a sufrir
por terribles alienígenas o por cualquier otro elemento del espacio, esta cinta
consigue diferenciarse del resto al poner los pelos de punta del espectador con
tan solo unas palabras y la posibilidad de que una persona muera sola. Algo digno
de admirar ya que últimamente estamos acostumbrados a sufrir gracias a los
efectos especiales y no a un gran guion.
La fotografía e iluminación
de esta entrega es esplendida. Vemos cada detalle a la perfección como si lo tuviésemos
delante y los planos generales y de detalle consiguen sacarnos algún que otro
esbozo de sorpresa e incredulidad. Todo un gran logro. Pero algo que siempre es
digno de destacar son los movimientos limpios de las cámaras, dando igual de si
se trata de una escena lenta o rápida, el espectador no se va a perder detalle
de nada de lo que esté ocurriendo.
Los efectos especiales
son magníficos y en ningún momento resultan cargantes o te llevan a pensar que se
han sobrexcedido. Pero algo que ha conseguido Rddley Scott y que en varias películas ha sido un rotundo fracaso,
ha sido en elegir una banda sonora muy acertada. Con ritmos ochenteros vivimos
cada una de las escenas provocando en el espectador ganas de bailar y de querer
que su protagonista consiga salvarse.
Marte (The Martian) abre una nueva etapa a las películas
espaciales y al género de ciencia ficción sin olvidar nunca lo que es más
importante a la hora de hacer una película, pensar en el público. Explicar cada
escena de manera simple y entretenida es una de las grandes proezas que podemos
con este filme.
¿Todavía
no has visto Marte (The Martian)? A continuación disfruta
con su Tráiler:
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