Alejandro González Iñárritu
regresa
nuevamente a la gran pantalla, y pisando fuerte con su nuevo film El
Renacido (The Revenant). En esta ocasión el famoso director consigue
proyectar uno de sus mejores trabajos vistos hasta la fecha, y digo uno de los
mejores porque parece imposible que pueda superar el éxito obtenido con Birdman.
En El Renacido podemos ver a unos pioneros que se dedican a cazar
pieles de animales y que son constantemente atacados por indios, al creer que
estos han secuestrado a la hija del jefe de la tribu, lo que dará como
resultado una espectacular batalla en los primeros minutos de la película
filmada con gran maestría, tanto para un western como para una película de
acción bélico, donde priman los primeros planos para que el espectador no se
pierda ni un detalle del sufrimiento de cada herida y de cada muerte. Y esto,
aunque parezca mentira, es solo un aperitivo de lo que nos tiene preparado
Iñárritu.
Al igual que hizo Steven
Spielberg en Salvar al Soldado Ryan, la brutal
batalla con la que arranca esta película servirá para situar al público en el
escenario moral en el que se desarrollará una cinta de más de dos horas y
media: una tierra inhóspita, bañada por una capa de blanca nieve, donde la
comida escasea, al igual que un buen refugio y un lugar en el que la ley no
llega.
Tras unos minutos de
tranquilidad, su director da paso al plato estrella: el enfrentamiento entre Hugh
Glass (Leonardo DiCaprio) y el oso. Una escena de lo más terrorífica,
cuyo único sentimiento transmitido es dolor y sufrimiento y esa compasión que
se siente ante su protagonista deseando que todo acabe lo antes posible. Pero Alejandro
González Iñárritu desea mostrar su cara más oscura y retorcida cebándose con
cada minuto que pasa mientras vemos al protagonista retorciéndose de dolor,
mostrando una vez que no tiene límites a la hora de proyectar violencia, que en
ocasiones, parece innecesaria. Una escena de lo más llamativa a la vez que
desagradable, lo que forma un buen coctel final. Algo parecido pudimos ver en Birdman, pero la diferencia que hay con El Renacido es clara. Pudimos ver violencia, pero toda la
carga dramática estuvo suavizada por una parte satírica, lo cual dio un buen
equilibrio entre ambas partes. Pero en esta ocasión no ha sabido encontrar
dicho equilibrio.
El leit motiv que
conduce toda la cinta es el dolor y sufrimiento, algo que ha sabido retratar a
la perfección su protagonista, Leonardo
DiCaprio. Una representación espectacular que consigue estremecer al
espectador con cada segundo que pasa en la pantalla, y son muchos, porque de
dos horas y media, DiCaprio aparece más
de 120 minutos, lo cual puede resultar cansado y agobiante si a eso le sumamos
la falta de dialogo que en ciertas ocasiones el público pide a gritos. Para
evitar esta saturación dada por su protagonista llega al rescate Emmanuel
Lubezki director fotográfico de El
Renacido que consigue, con tan solo un plano general del paisaje y una
buena iluminación dejar boquiabierto a más de una persona. Un gran trabajo al
que se le suma una banda sonora de lo más espectacular lo cual sube
indudablemente el caché de la película que en ocasiones es bajado por la
extrema violencia o escenas de lo más largas y pesadas.
Pero si hay alguien
capaz de hacer sombra al mismísimo Leonardo
DiCaprio, ese es Tom Hardy (Fitzgerald) y es que,
tras ver su interpretación, podemos comprender por qué está nominado al Oscar como
mejor interprete secundario, y es que consigue meterse en la piel de un malo de
los que ya no quedan, de esos que transmiten odio con tan solo un plano de
cara. Un trabajo que es digno de admirar.
Pero a pesar de estas
espectaculares interpretaciones El Renacido está enfrentado en un terrible
Ying (la estética) y el Yang (la ética) al que tan
acostumbrados nos tiene el director mexicano. Con lo fácil que sería mantener
un buen equilibrio para tener un gran resultado, pero Iñárritu prefiere
aplastar la cara de DiCaprio en
planos que cada vez se hacen más y más cerrados donde los detalles no dejan
volar a la imaginación o lo que resulta aún más delirante y son esas
alucinaciones dadas por el protagonista sobre su familia, lo cual llega a ser
de lo más innecesario, convirtiéndose en un patinazo más de este director.
A continuación te dejamos con el Tráiler de El Renacido (The Revenant):